jueves, 22 de marzo de 2018

Articulo Seguridad Carcelaria

Quiero Compartir con ustedes este ensayo, el cual escribí hace 6 años en la Escuela Penitenciaria Nacional "Enrique Low Murtra", ubicada en la ciudad de Funza - Cundinamarca - Colombia.
Alma Mater de Los funcionarios del Cuerpo de Custodia y Vigilancia Penitenciaria Nacional.

ABSTRAC
Teniente LUIS FERNANDO DAZA CASTAÑO
Técnico en Sistematización de la fundación IDCI de Cali, Tecnólogo en Ingeniería de Sistemas del Centro Colombiano de Estudios Profesionales de Cali CECEP, Ingeniero Informático de la Corporación Universitaria de Ciencia y Desarrollo de Cali UNICIENCIA, diplomado en Arquitectura, 22 años al servicio del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario INPEC, He  laborado en los establecimientos de reclusión de Medellín, Calarcá, Armenia, Valledupar, Cali, Palmira, Buga,  Jamundí,  Girón, Tumaco,  Escuela Penitenciaria Nacional, Regional Occidente, desempeñándose en diferentes cargos como son Comandante de Pabellón,  Comandante de Talleres, Relevante y Comandante de Guardia Interna, Relevante y Comandante de Guardia externa, Régimen interno, Suboficial de Administración,  Oficial de Servicio, Comandante de Compañía, Comandante de Vigilancia, Comandante del Centro de Instrucción de Cali, Comandante de Vigilancia de la Regional Occidente, Subdirector y Director de Establecimientos de Reclusión.

La seguridad penitenciaria se constituye en factor fundamental para sostener el orden, control y disciplina en los establecimientos de reclusión, como también brinda el apoyo necesario a los procesos de tratamiento penitenciario. Muchos son los cambios que han ocurrido a través de los años tanto en la seguridad  física como de talento humano, pasando de establecimientos de primera, segunda y tercera generación y de funcionarios que ingresaban sin terminar los estudios secundarios a profesionales en diversas áreas del conocimiento.
Cualquier dificultad que se presenta en los Establecimientos de Reclusión del Orden Nacional, genera fuertes críticas en la opinión pública, causando un impacto negativo en la imagen institucional. Por lo anterior, se pretende resaltar la importancia de los tipos de Seguridad en el Sistema Penitenciario Colombiano.
Los funcionarios Penitenciarios deben conocer los aspectos relevantes de la seguridad, reconociendo la gran responsabilidad social, que llevan en sus hombros, la cual es hacer cumplir las órdenes judiciales impuestas por las autoridades competentes, en relación a las personas que han infringido la norma penal, protegiendo a la sociedad y sirviendo de facilitadores de una reinserción positiva.
Por medio del presente artículo se quiere dar a conocer las definiciones de Seguridad Física y Humana, resaltar la importancia del personal del Cuerpo de Custodia y Vigilancia, y realizar un análisis de los diferentes cambios que ha sufrido el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario INPEC, desde su nacimiento Jurídico.

En los años 90´s el Sistema Penitenciario Colombiano atravesó uno de sus momentos más difíciles, donde se presentaban enfrentamientos entre internos con armas de fuego, amotinamientos constantes, desobediencias civiles, huelgas, se perdió la autoridad, control y orden dentro de los establecimientos carcelarios del país, situación que tuvo un cambio radical con el surgimiento de los establecimientos de  segunda generación, como fueron los de Valledupar, Combita, Girón, Acacias, La Dorada, y Popayán. Recientemente fueron entregados los establecimientos de tercera generación entre los  que se cuenta el Complejo de Jamundí, Ibagué y Pedregal.
En la actualidad ya está el proyecto de construir establecimientos de cuarta generación, en este proyecto se tiene previsto la construcción de 6 mega complejos, que busca habilitar un total de 24.000 cupos (4000 por cada Complejo), con el fin de minimizar el grave problema de hacinamiento existente.
Estos cambios obligan al personal de funcionarios del INPEC, especialmente al personal del Cuerpo de Custodia y Vigilancia a capacitarse constantemente para permanecer actualizados y no quedar rezagadas de las nuevas técnicas de seguridad tanto Física como Humana que los nuevos complejos requieren y exigen.

La seguridad en términos generales es la disminución o reducción del riesgo, en términos penitenciarios es la garantía de que el personal de internos cumpla con la pena impuesta por la autoridad judicial competente y que en el caso de los sindicados comparezcan a las diligencias judiciales cuando sean requeridos. Así mismo la ley 65 de 1993, en su artículo 31[1], entrega la vigilancia interna de los centros de reclusión al Cuerpo de Custodia y Vigilancia Penitenciaria Nacional y la Vigilancia externa estará a cargo de la Fuerza Pública. Igualmente aclara que en el caso de no existir Fuerza Pública para este fin, la vigilancia externa será asumida por el Cuerpo de Custodia y Vigilancia Penitenciaria Nacional.

Ese cumplimento de la pena debe desarrollarse dentro de los parámetros de disciplina, respeto, autoridad y orden, es ahí donde la seguridad entra en todo es esplendor  a cumplir su papel de garante en los procesos desarrollados en los establecimientos de reclusión, fomentando en el personal de internos la responsabilidad, respeto, tolerancia, jerarquía y autoridad.

Dentro de la seguridad penitenciaria en términos generales se puede realizar el estudio de dos tipos: la seguridad física y la seguridad humana.

SEGURIDAD FISICA: es la determinada por la infraestructura, la tecnología, los sistemas electrónicos, es denominada la SEGURIDAD DURA. En el Sistema Penitenciario Colombiano se ha venido modernizando  este tipo de seguridad, especialmente después de la entrada en vigencia del decreto  2160 de 1992[2], cuando se fusionó el fondo rotatorio del Ministerio de Justicia, la Imprenta Nacional y la Dirección General de Prisiones, creando el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario. Se inicia, a principios de la década de los 90s, con la construcción y entrada en funcionamiento de pabellones de máxima seguridad como fueron los pabellones de Itagüí, Palmira y Picota, los cuales fueron construidos con modernas técnicas de seguridad, dotados de circuitos cerrados de televisión, mecanismos eléctricos, puertas y ventanas blindadas entre otros. Estos pabellones son construidos debido a la necesidad de tener pabellones con las debidas medidas de seguridad, para albergar grandes narcotraficantes que se estaban acogiendo a la Justicia o siendo capturados por las fuerzas militares, como los miembros del cartel de Medellín, del Norte del Valle y de Cali.

Casi una década después, a principios del nuevo siglo, debido a la situación de hacinamiento, indisciplina, desordenes constantes y violencia al interior de los establecimientos penitenciarios y carcelarios del país fue construido en un inicio el establecimiento Penitenciario de Alta Seguridad de Valledupar en el departamento del cesar y posteriormente los establecimientos de Combita, Popayán, La Dorada, Acacias y Girón, lo que contribuyo de gran manera a retomar el orden y la disciplina de los establecimientos del país, por temor de ser trasladados a las nuevas penitenciarias, por el régimen interno, infraestructura y lejanía de estos.

Por último se tienen los nuevos complejos penitenciarios como los de Medellín, Ibagué y Jamundí, entre otros, los cuales cuentan con una infraestructura más moderna, con sistema bioclimático, patios con menor capacidad de internos, lo que permite mejorar el control sobre el personal.

SEGURIDAD HUMANA: También  denominada SEGURIDAD VOLITIVA[3],  considerada la más importante, debido a que nada se gana con tener un sistema penitenciario moderno en  tecnología e infraestructura si el personal que lo opera no es el idóneo. Se puede tener el sistema más completo en cuanto a infraestructura y tecnología pero si el personal que lo maneja no es el adecuado, dicho sistema no tendrá éxito.

Afortunadamente los funcionarios del Cuerpo de Custodia y Vigilancia del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario ha  evolucionado tanto en su preparación penitenciaria, en temas tan importantes como Derechos Humanos, Servicios de Seguridad, Técnicas Penitenciarias, como también en diversas áreas del conocimiento a nivel técnico, tecnológico y profesional, es así que el personal uniformado del INPEC, cuenta con profesionales en Psicología, Derecho, Ingeniería, Administración de Empresas, Trabajo Social, Arquitectura, Contaduría, entre otros. Esto permite contar con un personal altamente capacitado e interdisciplinario, que permite no solo apoyar las funciones de seguridad sino también las de Tratamiento Progresivo.

Esta transformación se inició mediante la ley 32 de 1986[4], reglamento de carrera del personal del Cuerpo de Custodia y Vigilancia y los posteriores Decretos 407 de 1994[5], actual régimen de personal, y 446 de 1994[6], que no solo incluyeron como requisito para ser Dragoneante del Instituto, el ser Bachiller, sino que motiva la preparación académica al cuerpo uniformado reconociendo las primas de capacitación y la de Vigilante Instructor.

Como se puede evidenciar la seguridad física y Humana debe ir de la mano, en la medida que los establecimientos incluyan nuevas tecnologías, infraestructura, así mismo el personal que los opera deben ser capacitados.
Cada una de las etapas que ha vivido el Sistema Penitenciario Colombiano ha tenido fallas, desafortunadamente por que no se lleva adecuadamente la generación de doctrina dentro del instituto, además de no aprender de las lesiones aprendidas. Ejemplo de esto se puede evidenciar en la infraestructura de los nuevos complejos, cuando se construyó el Establecimiento Penitenciario de Alta Seguridad de Valledupar, cada patio de visitas tenía 7 celdas para Conyugal, las cuales eran usadas para un patio con capacidad de 176 internos, lo que generó grandes inconvenientes porque no daba la suficiente capacidad para conceder el tiempo mínimo para la visita íntima de los internos, reduciéndose el tiempo de estas hasta a 25 0 30 minutos. Con la construcción de los nuevos Establecimientos se esperaría que estos inconvenientes ya fueran superados, pero la realidad es otra, el Complejo de Jamundí, en el Departamento del Valle, cuenta en su infraestructura con un edificio para albergar 1500 internos y fueron construidas solamente 11 celdas para la visita íntima, es decir que el problema continua.

El personal de oficiales y suboficiales del Instituto, al momento de pensionarse, deben convertirse en fuente de asesoría y conocimientos para los funcionarios en servicio activo, aprovechando el conocimiento adquirido por la academia y la experiencia, esto lograría ayudar a tener un mejor análisis de las situaciones que se viven a diario en los establecimientos de Reclusión a nivel Nacional, generando la Doctrina de las Lecciones Aprendidas.
La seguridad Física siendo importante está condicionada por la calidad y capacidad del talento humano que la dirija. De nada sirve la tecnología en los establecimientos de reclusión  si el personal que labora en dichos centros no es un personal capacitado, responsable, honesto y no tiene la actitud para hacer frente a los nuevos retos.

BIBLIOGRAFIA
·         Constitución Política de Colombia
·         Código Penitenciario y Carcelario, 2012, Mario Arboleda Vallejo, editorial Leyer.
·         Ley 32 de 1986
·         Decreto 2160 de 1992
www.buenastareas.com



[1] Código carcelario de Colombia, editorial Leyer 2012
[2] Decreto por medio del cual se crea el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario - INPEC
[3] www.buenastareas.com” Principios Básicos de la Seguridad”
[4] Reglamento del Cuerpo de Custodia y Vigilancia modificado por los Decretos 407 y 446 de 1994
[5] Régimen de Personal del INPEC
[6] Régimen Prestacional de los servidores públicos del INPEC

Descargar Documento

jueves, 22 de febrero de 2018

Política Criminal ¿Dónde?


Por. Luis Fernando Daza  Castaño
Armenia


Ya es hora de que en nuestro país se realice un verdadero direccionamiento en la política criminal, que permita desarrollar directrices y tomar decisiones,  siguiendo una línea de acción coherente con la situación real de nuestra sociedad y no a capricho de los gobernantes de turno o por la coyuntura de una noticia sonada en las noticias.

Todos los días en los medios de comunicación, escritos y hablados, se denuncian infinidad de actos delictivos, como homicidios, hurtos, secuestros, violaciones;  por otro lado la fuerza pública da parte de otro número importante de capturas de delincuentes pertenecientes a bandas criminales, homicidas, violadores de niños, feminicidas; la opinión pública pide aumento de penas y la tipificación penal  de nuevas conductas.

La reacción de los representantes de las ramas del poder público, especialmente la ejecutiva y legislativa, la solución que dan es la misma, aumento de penas, disminución de beneficios judiciales y tipificación de nuevos delitos.

¿y dónde queda la política criminal?
Es un grave error tomar decisiones en materia penal de acuerdo al momento coyuntural, para trazar una verdadera política en esta materia es imperioso generar espacios a todos los actores y  fuerzas vivas de la sociedad, que aporten conceptos, ideas, experiencias, que faciliten la toma de decisiones al momento de establecer medidas para reducir los índices de criminalidad.
Estos actores a los que se refiere el párrafo anterior van desde jueces, abogados defensores, fiscales, fuerza pública, victimas, personal penitenciario, pasando por académicos de universidades, colegios, filósofos, antropólogos, psicólogos, psiquiatras; es decir de todos aquellos que de una u otra forma pueden aportar a través de experiencias vividas y de sus campos de acción a tomar las decisiones más cercanas a una realidad, impactando de una forma acertada en lo que se desea y es el mejoramiento en la seguridad ciudadana.

Es necesario igualmente mencionar los esfuerzos que se desarrollan por parte de algunos funcionarios del consejo de política criminal, los cuales están impulsando el observatorio de política criminal, para este efecto los invito a visitar el siguiente link:http://www.politicacriminal.gov.co/Observatorio/Observatorio-de-Pol%C3%ADtica-Criminal, en el cual podrán verificar diferentes indicadores que permiten generar conceptos un poco más cercanos a una realidad social.

Capitán Daza Castaño Luis Fernando

Los funcionarios del Cuerpo de Custodia y Vigilancia del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario, tienen toda la experiencia e idoneidad para contribuir al desarrollo institucional y generar doctrina al interior del sistema carcelario colombiano.





Están preparados académica, mental y físicamente al llamado de la nación para dirigir establecimientos penitenciarios y carcelarios del orden nacional, como en efecto ya lo vienen haciendo.






Reflexión Sobre Funcionarios INPEC

 Pensamientos que se vienen a mi mente cuando veo noticias tristes del INPEC.